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La Apreciación Logística

  • Por: Julio A. Sánchez F.
  • 21 ene 2017
  • 11 Min. de lectura

La doctrina de la Logística no varía, aunque el país haya sido regionalizado en el marco de la Defensa Integral como lo demanda el Artículo 3 de la Ley de Seguridad y Defensa de la Nación, publicada en la Gaceta Oficial 6.156 del 19 de noviembre de 2014.

La complejidad de todo el proceso logístico, en función de satisfacer las necesidades a las unidades militares en cuanto al suministro de medios, recursos y servicios, no ha variado hasta ahora. Se inicia con una apreciación logística que determina la necesidad de abastecimientos y la disponibilidad y efectividad de los servicios en correspondencia con las demandas por parte de las unidades militares, concluyendo con la factibilidad del apoyo por parte de los órganos de dirección logística.

De la misma manera, el proceso analítico permite caracterizar y definir sectores en la zona de operaciones que puedan ser los apropiados y seguros para la ubicación e instalación de bases logísticas, puntos de distribución y áreas de servicios. Todo lo anterior es consecuencia de la Apreciación Logística en el contexto del Sistema de Apoyo Logístico Territorial; la situación operacional y táctica de las unidades determina su gerencia, organización e integración de medios y recursos por parte de los comandos logísticos.

Es decir, el apoyo oportuno e inmediato como lo demandan los principios de Oportunidad, Flexibilidad y Seguridad para el sostenimiento de las unidades de maniobra y demás sistemas de armas de los componentes militares en la jurisdicción de las regiones, está sujeto, no solo a la consideración de los factores de la decisión - misión, enemigo, medios, tiempo y tecnología disponible, sino también a una eficiente percepción de la realidad operacional imperante en un ambiente definido en regiones estratégicas, zonas operacionales y áreas de defensa integral.

Cuando un comandante recibe una misión del escalón superior, lo primero que tiene que hacer es comprenderla para conocer la intención estratégica u operacional y el propósito. Luego, mediante su análisis infiere las tareas que requieren ser ejecutadas siguiendo un orden de presidencia. Para ello cuenta con el debido asesoramiento de su Estado Mayor, cuerpo colegiado que en el campo de sus competencias, realizan su correspondiente apreciación de la situación en el sentido de dar su recomendación sobre aquel esquema de maniobra que mejor permita el cumplimiento de la misión.

Y es aquí donde el oficial Logístico juega un rol de vital importancia: considera cada una de las tareas de la misión evaluándolas en función de sus prioridades y disponibilidades de medios, recursos y servicios, mediante la Apreciación de la Situación Logística. Esta apreciación, como todo proceso lógico, es una metodología de carácter racional y pragmática. Es la manera de pensar la logística cuando surge la necesidad del apoyo para resolver una situación de conflicto, o de guerra, en la que se vean comprometidos los diferentes niveles de comandos en todo el contexto regional.

Basado en los principios de la doctrina logística para el cumplimiento de los diferentes procesos del ciclo logístico - obtención, disposición y distribución de los abastecimientos - el Logístico analiza cada uno de los cursos de acción propuestos por el comandante de la REDI, ZODI o ADI, y recomienda el que mejor pueda ser apoyado partiendo de la disponibilidad inmediata y garantía del sostenimiento, tarea que la debe hacer con el mayor sentido de responsabilidad. Ello se debe a que su problema, además del suministro de los recursos y servicios para el apoyo, es el de no llegar al momento culminante de la logística, o sea, el agotamiento del soporte antes de que el comandante cumpla con la misión.

La Apreciación Logística en el marco del Sistema de Apoyo Logístico Territorial

El Sistema de Apoyo Logístico Territorial, como lo define el Concepto Estratégico Militar (2012), es la integración de un conjunto de funciones, misiones, medidas y actividades que realizan los comandos, unidades e instituciones logísticas de la FANB de manera mancomunada con otras instituciones en cada región, zona o área cuyo propósito es el de garantizar el oportuno, completo e ininterrumpido apoyo de material y equipo, el mantenimiento y operatividad del material de guerra, el apoyo de sanidad, entre otros, en cualquiera de las variantes de guerra.

La esencia de este sistema consiste en la interrelación e integración de los medios y recursos de las unidades, instituciones de la FANB y de las regiones en todo el territorio bajo la idea de un plan único que permita garantizar el apoyo a las operaciones militares.

En este orden de ideas, el desarrollo y consolidación del Soporte Logístico en el marco del Sistema de Apoyo Logístico Territorial (SALTE) en apoyo a las diferentes operaciones militares es consecuencia de la Apreciación Logística, y debe realizarse en desde tiempo de paz con base a las diferentes hipótesis de conflictos en las que pudiera estar comprometido el país, o la región en particular. No obstante, este proceso es objeto de revisión cada vez que un comandante recibe una misión, para ello los logísticos deben tomar las previsiones con respecto al sostenimiento de las operaciones.

En este sentido, deben mantener una estrecha coordinación, y de manera permanente con los oficiales de Personal, Inteligencia, Operaciones, Desarrollo Nacional, y con otros que tengan vinculación directa con el sostenimiento operacional, sobre aquellos aspectos que sean pertinentes con el apoyo logístico. Además, deben impartir instrucciones a los comandantes de las bases de para que revisen los inventarios en cuanto a la disponibilidad de recursos y prestación de servicios.

La Apreciación, como requisito indispensable para el concepto operacional logístico, es una tarea permanente de todos los entes que tienen la responsabilidad con respecto al sostenimiento de las operaciones en las regiones, zonas y áreas; responsabilidad que obliga a una revisión constante de los factores determinantes de la logística cuando se recibe una misión: ambiente operacional, tiempo, medios, enemigos y recursos disponibles.

Sin embargo, la revisión requiere que se ejecute mediante fases. La primera contempla el entendimiento de la misión desde el punto de vista logístico, y las consideraciones con respecto a las situaciones de personal, inteligencia, operaciones y de la logística propiamente dicha.

En una segunda fase, la Apreciación obliga a que se realicen cinco procesos, los cuales por su carácter pragmático, requieren de un orden de ejecución: Una percepción holística y sistémica sobre la realidad el ambiente operacional en tiempo presente de manera empírica que permita una primera impresión del problema logístico; Evaluación de las necesidades de medios y recursos que demanden las unidades, así como las potencialidades que ofrezcan las regiones, zonas y áreas para el suministro de recursos y medios; Una detallada evaluación de los riesgos al flujo logístico para su debida protección ; Definición de criterios que oriente la elaboración de planes y órdenes logísticas, de manera que se pueda evitar caer en lo que Clausewitz denomina el Punto Culminante y; Elaboración de un informe con respecto a las conclusiones que arrojen los aspectos anteriores, con sus respectivas recomendaciones, que permitan formular el Concepto de la Operación Logística.

El primer proceso, Percepción holística y sistémica de la realidad operacional en tiempo presente, es un estudio empírico que debe ser realizado de manera mancomunada con todos los órganos logísticos constituidos en el ambiente operacional. Es decir, el Logístico, con el debido asesoramiento por parte de equipos de trabajo, los cuales deben ser integrados con miembros de los diferentes servicios, realizan un análisis de manera general y sistémica a dos factores que influyen de manera determinante en el interaccionar y posicionamiento logístico: la estructura fáctica de las zonas para la disposición de la logística y la estructura sistémica de las mismas para el apoyo. Factores que denominaremos de Zona y de Apoyo.

El objeto de este análisis no es más que el de conocer las ventajas y fortalezas que el ambiente ofrezca para un apoyo oportuno y eficiente. Pero, también, reducir los aspectos limitantes que presenten sus elementos con respecto a la disposición, operatividad y organización de los medios y el flujo de recursos logísticos.

Con respecto al factor de Zona, interesa al Logístico el ambiente geográfico y orográfico de toda el área de operaciones con el objeto de conocer la estructura del terreno y la influencia del clima para la disposición del flujo logístico. Con el factor de Apoyo, los aspectos culturales, económicos y recursos locales que complementen el sostenimiento operacional.

Durante el análisis de estos factores se deben tomar en cuenta aquellos sectores y poblados que garanticen la disposición y seguridad física de los recursos, la movilidad del flujo y la flexibilidad de los métodos de distribución a emplear para la integración y sincronización del apoyo, criterios que coadyuvaran en la identificación de las fortalezas y limitaciones en la conjugación del trinomio economía, terreno y condiciones meteorológicas, todo ello en función del logro de la efectividad del sostenimiento lógico.

Este análisis debe concluir con el pleno conocimiento de todas aquellas características y fortalezas favorables al flujo que la región pueda ofrecer, en el sentido de la existencia de vías de comunicaciones terrestres, fluviales, marítimas y áreas que faciliten la estructuración y organización de instalaciones logísticas. Por otra parte, el análisis debe llevar al establecimiento de medidas activas que contribuyan a la reducción o el control de aquellas características topográficas y ambientales que limiten o influyan de manera negativa en el sostenimiento de las operaciones.

En cuanto al análisis de los Factores de Apoyo, éste se realiza sobre los aspectos económicos y culturales existentes en el ambiente y de su entorno, cuyo objeto es el de ubicar fuentes inmediatas de recursos y medios que garanticen la estructura, organización y disposición de bases y puntos para el sostenimiento operacional. Con respecto a los aspectos a ubicar, entre otros, se encuentran las fuentes de agua, electricidad y acueductos, servicios que constituyen elementos esenciales de consideración para el soporte logístico.

Una vez evaluados ambos factores, se identifican en cada uno de ellos los elementos que sean determinantes para el posicionamiento logístico sobre el ambiente operacional mediante la instalación de las bases, áreas y puntos de distribución con sus respectivos comandos como parte de la estructura y organización del flujo.

El segundo proceso, Evaluación de la necesidad y potencialidad de medios y recursos, es consecuencia del resultado del análisis del ambiente y realidad económica de las regiones, zonas o áreas en particular. Con ello se busca garantizar la disposición de medios, servicios y demás recursos para el sostenimiento según las estimaciones previas que las unidades hayan realizados con respecto a la demanda de abastecimientos y provisión de servicios en tiempo presente y futuro. Así mismo, estudiar la potencialidad de la región en cuanto a la producción de bienes, servicios y recursos que den garantías a las operaciones futuras.

Por otra parte, se deben evaluar las condiciones de operatividad de la estructura vial, transporte, electricidad, fuentes agua potable y demás servicios del ambiente operacional a fin de coordinar con las organizaciones responsables los aspectos pertinentes al mantenimiento. Se busca con todo ello que la estructura de movilidad y organizaciones prestadoras de servicios estén aptas para la disposición y distribución de recursos, y demás usos en el marco de la logística.

Pero, también, se debe considerar la posibilidad de la utilización de aquellas regiones o áreas pobladas que por su disponibilidad de recursos y servicios locales puedan ubicarse las bases, puntos de distribución y áreas de servicios por los comandos logísticos. Su uso y medidas de seguridad para su protección deben ser coordinados con los oficiales de operaciones e ingeniería, tanto de las REDI´s como de las ZODI´s o ADI´s.

En la evaluación que se haga sobre las redes de carreteras se debe prestar especial atención a su capacidad de soporte, ancho y tipo de vías. De la misma manera, a los puentes, vados, túneles y demás obras presentes en ellas que puedan constituirse en puntos críticos logísticos para su consideración, mantenimiento y protección. Los resultados de esta evaluación deben permitir la disposición y despliegue de instalaciones y medios logísticos con suficiente antelación con respecto a la materialización del conflicto, sobre la base del momento culminante de la logística en cada ámbito operacional.

Con respecto al momento culminante, factor crítico de la logística, se percibe cuando una fuerza pierde el impulso y el apoyo suficiente para continuar llevando a cabo la conquista de un objetivo por agotamiento del sostenimiento. Es importante llamar la atención sobre este evento crítico, debido a que durante el desarrollo de una defensa permanente, o temporal, las fuerzas pueden verse comprometidas en una serie de situaciones coyunturales o estructurales que le puedan disminuir su efectividad y capacidad combativa. Solo el conocimiento de la situación y liderazgo por parte de los comandantes, la flexibilidad de las fuerzas para adoptar o cambiar de dispositivo y el apoyo logístico oportuno y eficiente, pueden contribuir a controlar cualquier percance que se pueda suscitar; pero, es un requisito indispensable que todo comandante tenga conocimiento hasta cuándo y dónde es capaz de llegar con los medios con que cuenta.

En un sentido más amplio, podemos decir que las condiciones y situaciones que hacen que una operación defensiva en una REDI, ZODI o ADI llegue a su momento culminante puede deberse a una fuerte presión enemiga que obligue a un alto consumo de recursos; pero, también, por el despilfarro de abastecimientos debido a hechos de indisciplina de consumo, o por las pérdidas en lo que concierne a recursos de orden militar como consecuencia de ataques a su retaguardia en los que se vean afectados almacenes, depósitos de munición y combustible, daños a las vías de abastecimientos, puentes, control de pasos, vados y túneles, y contra todo aquel elemento que contribuya con el flujo logístico y, en consecuencia, al agotamiento del sostenimiento.

Como quiera que el enemigo pueda tener la iniciativa en una ofensiva, es conveniente que por lo menos y antes de la fecha prevista para la ejecución de operaciones defensivas, los medios logísticos deben estar dispuestos de manera suficiente en función de la demanda, y que estén debidamente protegidos bajo estrictas medidas de seguridad.

La situación se torna más crítica en una defensa permanente. Su desarrollo obligará a un gran consumo de abastecimientos de ingeniería, munición, agua, alimentos y a la evacuación de un elevado número de bajas. Prever los sectores donde ocurrirán los ataques enemigos, ubicar los recursos debidamente y estimar las bajas que ocurran permitirá disponer de abastecimientos críticos y medios de evacuación y suficientes de manera oportuna.

Y, si fuera el caso de que el enemigo condujera un movimiento retrógrado como parte de su retirada debido a una contraofensiva, lo más probable es que dentro de sus planes prevean las posibilidades de destrucción de carreteras u obstrucción de vías, acciones éstas que exigirán a nuestras fuerzas realizar trabajos de ingeniería y a un mayor consumo de combustible y de municiones de artillería.

El tercer proceso de la Apreciación es la Evaluación de los riesgos al flujo logístico, evento en el que lo fundamental es el conocimiento del enemigo como amenaza al proceso logístico. Durante el análisis se deben tomar en cuenta el poder de combate con capacidad profunda y la movilidad táctica que el enemigo posea, y que pueda afectar el funcionamiento de las diferentes bases logísticas, puestos de comando logísticos, áreas de servicios, la transitabilidad de las vías de comunicaciones y la prestación de servicios en general. La actitud y posibilidad del enemigo para interferir el flujo influye de manera directa en la organización de los medios y disposición logística para la distribución de recursos a las fuerzas comprometidos en la operación.

Las posibilidades en cuanto al empleo de medios aéreos y de artillería de largo alcance por parte del enemigo constituyen el mayor riesgo que tiene que enfrentar la logística para la continuidad del flujo. La aviación puede impedir el empleo de fuerzas de combate y la movilización de nuestros convoyes por carretera. Las posibles acciones del fuego naval sobre las costas limitarán la ocupación de determinadas zonas. Así mismo, la actuación de fuerzas especiales y de guerrilla en la retaguardia pondrá en peligro la seguridad de los órganos logísticos, de las instalaciones y demás puntos sensibles, lo que obligará al empleo de unidades de maniobra y de medios antiaéreos para la defensa y protección del área de retaguardia a fin de preservar el flujo logístico.

En el cuarto proceso, Criterios de Selección, se señalan los elementos que fueron considerados determinantes en los factores analizados en el sentido de fortalezas, oportunidades, amenazas y limitaciones, normas que servirán de base para la disposición de los medios de apoyo, y para la elaboración del Régimen de Consumo Diario (RCD) en función de las disponibilidades de recursos, con atención especial sobre los más críticos: munición, combustible, alimentos y agua.

El quinto proceso no es más que las conclusiones de la Apreciación, información relevante para la elaboración del Concepto de la Operación Logística. Estas conclusiones llevan a la elaboración de un informe por parte del Logístico en donde exprese al comandante y al Estado Mayor de la REDI, ZODI o ADI sobre los siguientes aspectos: a) Áreas propicias para la instalación de los puestos de comando logísticos y sus bases; b) Etapas de la campaña y tareas tácticas que deben ser apoyadas con prioridad; c) Tiempo límite de duración del apoyo en cada etapa; d) Abastecimientos considerados como críticos que requieren un régimen de consumo diario (RAD); e) Vías adecuadas para la distribución; f) Métodos de distribución; g) Tonelaje métrico a transportar por abastecimiento; h) Recomendación para la solución de las limitantes logísticas; i) Medidas de protección al flujo y seguridad a las instalaciones y; j) Momento culminante de la logística.


 
 
 

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