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El pensamiento, el alma y el nuevo paradigma

  • Julio Sánchez
  • 21 mar 2015
  • 2 Min. de lectura

Estudios antiguos y recientes en el campo de la ciencia y la filosofía demuestran que el pensamiento es energía; es decir, tiene la capacidad de producir el trabajo diario que acometemos. Gran parte de la tecnología moderna como la industria automotriz y naval, la aviación, las comunicaciones, los sistemas computacionales inteligentes, los sistemas de proyectiles espaciales, entre otros; y lo más dramático, el desarrollo de la energía atómica ha sido producto del acto de pensar.

Y es más. Existe ahora un nuevo paradigma que está colapsando al paradigma cartesiano – de las partes al todo - que fuera desarrollado por Renato Descarte dos mil años después de Pitágoras. El nuevo paradigma que surge en el siglo XXI, llamado el siglo de la energía, se denomina el Paradigma Holístico.

Este nuevo paradigma parte del Pensamiento Sistémico que va del todo a las partes, y fue desarrollado en el Valle del Silicón inicialmente y en las principales universidades de la costa Este de Estados Unidos y de Europa a finales del Siglo XX, como consecuencia de la necesidad de apoyar el desarrollo de la Cibernética y la inteligencia artificial y entender el cambio climático que experimenta la tierra.

El paradigma cartesiano, iniciado con Pitágoras y sus discípulos y luego por Descarte, es un modo lineal y matemático de ver al mundo y que permitió desentrañar con su método muchos conocimientos útiles para la humanidad, sin embargo, también desató mucha incertidumbre que tuvo que ser despejada para una nueva forma de entender la realidad compleja en que se desempeña el ser humano: la suma de las partes para entender al todo ya cumplió su propósito.

Se preguntan los científicos: ¿Y en todo ésto dónde está Dios? ¿Y es que Dios juega a los dados como diría Einstein a los físicos cuánticos? ¿Dios ha muerto como aseveraría un Sartre y ha sido sustituido por el superhombre como diría Nietzsche? ¿Quién es, dónde está y qué quiere Dios? ¿Dios es algún tipo de energía global y dónde está?...

La respuesta nos la dan los antiguos filósofos griegos en el sentido de que somos seres cósmicos interconectados con Dios en espíritu o energía fina. Cosmos para ellos significó el ordenamiento del Universo que se desprende del “Caos”, lo que dio la pista para el surgimiento del Paradigma Holístico, en el que el todo” comanda y fija las partes y que por sinergia es mucho más que la suma simple de su interrelación.

Para los que somos creyentes, con respecto a este nuevo paradigma, hay algo dentro de nosotros que nos comanda y nos fija el conocimiento, el sentimiento y la racionalización con nuestro mundo biológico. Ese “todo” es el alma humana que gobierna nuestras partes.

Sino, fíjense en un concierto en que la suma simple de los instrumentos que tocan nos hace llegar una bella melodía que traspasa los sentidos y nos hace vibrar. El “todo” es la música acompasada y ordenada que producen los instrumentos tocados con precisión e inteligencia por los concertistas y su director.

El Paradigma Holístico complementa al Cartesiano.

(*) Doctor en educación y docente a dedicación exclusiva de la Escuela Superior de Guerra de la FANB.

 
 
 

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