La guerra, así de simple
- Julio A. Sánchez Flores
- 7 dic 2016
- 5 Min. de lectura

Cada vez que escucho la palabra guerra, viene a mi memoria el cuento aquel de la monjita. Resulta, que unos soldados alemanes durante la Segunda Guerra Mundial entran a un convento en un pueblito de Italia. El sargento, al mando de la unidad, le ordena al cabo que reúna a todas las monjitas jóvenes en el patio del convento diciéndoles que se desnudaran, que las iban a pasar por las armas... Una de ellas, la más madurita, le dijo al sargento casi como implorando clemencia: - Sargento, hagan ustedes con nosotras lo que quieran, pero no toquen a Sor Elena. Ella es la madre superiora con unos cuantos años encima. - ¡Eso sí que no! Irrumpió la madre superiora. - Sargento, cumpla usted con su deber, que guerra es guerra.
Hoy que está de moda el termino guerra en sus diferentes modalidades por personeros que hablan de ella sin que se evidencien criterios convincentes, creo conveniente hacer referencia sobre este fenómeno social. Uno de los primeros conceptos que aparece en el Manual de Táctica General, editado por la histórica Escuela Superior del Ejército, paradigma de los estudios en Venezuela del Arte y la Ciencia Militar, es el concepto de Guerra. Para esta antigua casa de estudios, la guerra es un acto de violencia orientado a forzar al adversario a que se someta a la voluntad del oponente.
Para Sun Tzu (1045 a. C.) es un asunto de vital importancia para el Estado, es la providencia de la vida y de la muerte, es el camino que lleva a la supervivencia o a la aniquilación…La mejor estrategia es la que consigue, por medio de la diplomacia y la negociación, abortar el conflicto. Este maestro concibe el Arte de la Guerra como el ideal de vencer al adversario sin derramar sangre, explotando sus debilidades psicológicas, manipulándolo para que adopte posiciones precarias, induciendo sentimientos de confusión y frustración. No obstante, recomienda que es indispensable estudiarla a fondo.
Mientras que para Sun Tzu la guerra se puede evitar mediante las negociaciones, para Clausewitz (1780 - 1831), es la continuación de la política por otros medios. Sin embargo, no la percibe como un conflicto o la lucha entre dos elementos cualesquiera de la naturaleza: es ante todo un hecho humano, exactamente “una forma de las relaciones humanas”, y como tal incluye el concepto global de los conflictos humanos potenciales, en los que el elemento de ruptura, la violencia, tiende permanentemente a expandirse hacia sus extremos.
Para el general Gaudy Giménez (2007), la guerra ha sido y será un importante elemento de la actividad humana. Ha existido de variada naturaleza y por diversos motivos, clasificaciones sociológicas, militares, religiosas que explican aproximadas razones sobre su origen. Unas interesadas, otras más cercanas a la realidad, pero todas abrigan la lucha armada entre dos estados, cada uno de ellos tratando de imponer por la fuerza su voluntad al adversario.
En pocas palabras, la guerra no es más que el uso de la fuerza mediante una determinada estrategia que tiene como finalidad la neutralización de las fuerzas armadas enemigas, en el sentido de reducir o minar su capacidad combativa a través de campañas, en las que se emplean maniobras ofensivas y / o defensivas, se combinan armas y se integran medios según la situación, la cual debe ser previamente determinada.
La ciencia que se encarga de su estudio es la Polemología, fundada tras la Segunda Guerra Mundial por el sociólogo francés Gastón Bouthoul, como una parte de la sociología que la considera como un fenómeno de orden social y sicológico. Su acepción se deriva del griego Polemos, que significa conflicto; y Logos, tratado. Es decir, la Polemología es la ciencia que estudia los orígenes, desarrollo, causas, efectos y consecuencias de la guerra. Con respecto al vocablo guerra, la Real Academia Española determina que proviene del germano Werra, que significa querella, pero otros estudiosos la relacionan con la expresión latina Bellum o Duellum.
La guerra como fenómeno es tan antiguo como la sociedad misma. Una fuerza armada como la de cualquier nación para hacerla como respuesta al paroxismo de un conflicto requiere, en primer lugar, de una estrategia, y como soporte de ésta, una eficiente logística, en el sentido de disponer de efectivos, medios y recursos en cantidades considerables que puede agotar el parque industrial del país, y poner en crisis su economía.
Como todo fenómeno social y como ciencia la guerra tiene su historia. Una más hacia el pasado antiguo, y otra del pasado reciente. La gran reflexión sobre el Siglo XX no se agota con la Segunda Guerra Mundial, las Guerra de Corea y Vietnam, o las del Medio Oriente. Una de las reflexiones más importantes, más significativas sobre la guerra es la ocurrida entre 1914 y 1918, la cual representó la apertura del Siglo XX. Sus consecuencias se evidenciaron no solo por la estela de muertos, tanto civiles como militares, sino por las injusticias, las frustraciones, los gérmenes de nuevas guerras que, después del fracaso del tratado de Versalles, dio pie a la Segunda Guerra Mundial, y lo que hasta ayer conocimos como la Guerra Fría.
Sobre formas y tipos de guerra se ha especulado mucho. Como formas tenemos la Guerra Regular, la Irregular y la latente Atómica. La Regular es la conducida según convenios o protocolos internacionales aceptados por los países firmantes a través del empleo de unidades de maniobra, de apoyo de combate y servicio de combate, en el marco de un concepto que expresa la estrategia. La Irregular es la que tácticamente se aparta de las enseñanzas y prácticas seguidas en el campo de batalla, con tendencia a situaciones ocasionales o coyunturales, en la que sus vertientes principales se muestran en acciones de guerrillas. Y la Atómica, la que pueden librar los adversarios que dispongan de armas atómicas.
En cuanto a los tipos, podemos hacer referencia de Guerra Biológica, Guerra Civil, Asimétrica, de Cuarta Generación, Guerra Fría, Guerra Económica, y hasta Guerra Cibernética, que es aquella que se libra en el ciberespacio. En la Biológica, la lucha que se propone es el exterminio del enemigo a través de la inoculación de virus y bacterias, y los medios tendientes a privar al adversario de los recursos de subsistencia en donde las principales víctimas, además de la humana, es la vida animal y vegetal. La Civil es la que se caracteriza por el enfrentamiento de adversarios de una misma nación por ideales políticos cuando el diálogo y las negociaciones no llegan a felices términos.
Con respecto a la Asimétrica - casi todas las guerras se caracterizan por su desigualdad en medios y recursos -, y las de Cuarta Generación, por ser conflictos mucho más recientes como el que enfrenta en el medio Oriente a islámicos contra potencias occidentales, son términos que hoy están muy en boga por parte de analistas y politólogos internacionales.
En cuanto a la Guerra Económica, es un concepto que es importante dilucidarlo. Puede ocurrir cuando un país incumple cualquier tratado internacional de índole comercial o financiero con alguna potencia que tenga capacidad para bloquear o limitar sus relaciones comerciales con otros países; pero, también, negando el acceso o salida de bienes, servicios y materias primas hasta que el país bloqueado cumpla con lo pactado.
La lección que podemos aprender sobre la guerra mediante los estudios polemologicos es que país alguno no podrá librarla con efectividad si no identifica plenamente a sus enemigos. Aprender a descrubrilos, a detectarlos mediante los indicios que se evidencian a través de las hipótesis de conflictos que indican hostilidad, es una tarea que de manera permanente deben hacerla las diferentes organizaciones de seguridad e inteligencia, que, para ello, la sociedad civil se desprende de parte de sus ingresos para que aquellos le garanticen lo que la Constitución y demás leyes le otorgan como derechos inalienables.
Bueno, amigos, como aquel dicho en latín: Si vis pacem, para bellum. O lo que es lo mismo; si quieres paz, prepárate para la guerra.
Fuentes bibliográficas referenciales:
Clausewitz, Karl von (1999). De la Guerra. Idea Universitaria. Barcelona, España.
Sun Tzu (2006). El Arte de la Guerra. Edición de José Ramón Ayllón. Madriz, España.
Giménez, Gaudy (2007). Las Leyes de la Guerra Terrestre. Caracas, Venezuela.
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