La Transdiciplinaridad de las ciencias
- Julio A. Sánchez Flores
- 24 nov 2015
- 4 Min. de lectura

Para comprender los intríngulis del concepto de transdisciplinaridad es importante de que se tenga una idea de lo que es la Globalización del mundo, pero también conocer sobre los conceptos de complejidad y sistematicidad.
Con respecto a la Globalización, Marcelo Manucci (2006) en su obra “La Estrategia de los Cuatro Círculos”, refiere que los nuevos escenarios de actuación de las organizaciones modernas se presentan hoy de una manera muy compleja e inestable, y su caracterización pasa por una gran incertidumbre. El fenómeno de la globalización, expresado a través de los intercambios comerciales, la alta dependencia de la tecnología de la información, competencia desleal por la obtención de segmentos en los mercados, el terrorismo y las nuevas maneras de hacer la guerra, aunado a la redefinición de las grandes ideologías, la aceleración de los fenómenos migratorios, la cultura y el nivel de educación de las naciones, la transculturización, la pobreza y el debilitamiento de los valores y virtudes institucionales, entre otros factores, han hecho crecer en muy poco tiempo el grado de complejidad en nuestras sociedades y en las instituciones para resolver los problemas que las aquejan.
Estos factores globalizantes siempre han estado presentes a lo largo de la historia, por lo que no han pasado desapercibidos en las organizaciones tradicionales del siglo XX, pero con el agravante de que sus estructuras corporativas aún están basadas en un paradigma mecanicista. Son consideradas como máquinas reguladas y predecibles, donde para cada acción era posible una reacción. Su mapa corporativo - el cuerpo de gerentes - y los procesos productivos estaban sustentados en la simplicidad y el determinismo, principios que constituyen enfoques estáticos, donde generalmente las organizaciones inician su proceso de toma de decisiones con un diagnóstico que analiza debilidades y fortalezas corporativas, así como sus oportunidades y amenazas. Luego, utilizan las conocidas herramientas de análisis de competencia (matriz estratégica), para después formular así la estrategia corporativa.
Pero, debido a que las organizaciones de hoy (siglo XXI) enfrentan el desafío de mantener una dinámica operativa ante la velocidad de los procesos modernos derivados de la globalización, las contradicciones ideológicas y la discontinuidad de los cambios en el entorno, aparece el concepto de transdisciplinariedad sujeto a la complejidad de los entornos en donde el ser humano interactúa. Es decir, acudir a otras ciencias para que coadyuven en la formulación del proyecto estratégico: investigación de operaciones, estadística, teoría de sistemas, tecnología de las comunicaciones, sociología, entre otras no menos importantes.
En cuanto a la interpretación de la complejidad, concepto que enmarca al modelo, para Morín (op. cit, pág. 32) realidad y complejidad conforman un mismo significado. Y ésto es bien cierto cuando expresa que complejidad o realidad es efectivamente una red o malla de eventos, de acciones e interacciones, retroacciones, determinaciones y azares que conforman el mundo, y que se nos presenta con rasgo enredados e inextricable, rasgos en los que abunda el desorden y que nos obliga a descartar lo incierto; es decir, de seleccionar los elementos de orden y de certidumbre, de quitar ambigüedad con el sentido de clarificar, distinguir y jerarquizar para poder comprender. Por otra parte, Manucci (op. cit. Pág. 11) no se aleja de Morín (ibídem). Este filósofo concibe a la complejidad como la realidad tipo sistema, en la que sus elementos interactúan entre sí y con el entorno, dando lugar permanentemente a nuevos sucesos, eventos y patrones de comportamiento que trascienden más allá del horizonte que ha sido visualizado.
En pocas palabras, la complejidad, según lo que se desprende de ambos pensadores, por una parte, es una realidad que hay que comprenderla como un todo, pero también es una propiedad de los sistemas donde los eventos surgen de la interrelación de sus partes generando acciones y reacciones como consecuencia de la subjetividad, paradigmas, creencias y cultura de los actores en una realidad social y organizacional. En consecuencia, el reto de toda organización es el de formular una estrategia que permita atender a la coyuntura que posibiliten oportunidades de triunfo, de desarrollo, de poder manejar con fluidez los imprevistos del entorno y, a la vez, materializar el futuro mediante el desarrollo de la visión y los alcances de los objetivos corporativos o estratégicos. Pero, no debe obviar que las experiencias, las creencias, la cultura y las vivencias conforman su dinámica actual. La estrategia es posible siempre y cuando haya perspectivas de futuro o de triunfo viendo por encima del horizonte formulado en la visión corporativa.
Por otra parte, Senge (1998) asocia a la transdisciplinaridad como un marco para ver interrelaciones o coyunturas en vez de objetos estáticos o sin movimiento en donde se detecten patrones de cambio. Percibir en vez de ver se necesita más que nunca porque la complejidad de la realidad nos puede llevar a la incertidumbre.
En este marco de ideas, la transdisciplinaridad es una manera de organizar los conocimientos que trascienden las disciplinas de una forma radical, entendiendo como disciplina a la coordinación de actitudes con las cuales se instruye para desarrollar habilidades, o para seguir un determinado código de conducta u orden. Hasta ahora se ha entendido las transdisciplinariedad bajo diferentes ópticas según lo que se espera de ella: a) en lo que está dentro de las disciplinas, b) en lo que atraviesa las disciplinas, y c) en lo que está más allá de ellas.
A pesar de las diferencias antes mencionadas, y de la existencia en el pasado de la interpretación de las transdisciplinariedad como una mega o híper disciplina, todas las interpretaciones coinciden en la necesidad de que los conocimientos se nutran y aporten una mirada global que no se reduzca a las disciplinas ni a sus campos, sino que vaya en la dirección de considerar el mundo en su unidad diversa. Que no lo separe, aunque distinga las diferencias.
La transdisciplinaridad representa la aspiración a un conocimiento más completo posible, y que sea capaz de dialogar con la diversidad de los seres humanos. Por eso la globalización, la sistematicidad de saberes y la complejidad de la realidad social son inherentes a la actitud transdiciplinaria en la que se plantea al mundo como pregunta y como aspiración. Pero, también se concibe como una visión del mundo que busca ubicar al hombre y a la humanidad en el centro de nuestra reflexión, y desarrollar una concepción integradora del conocimiento.
Fuentes bibliográficas referenciales:
Morín, Edgar (2001). Introducción al Pensamiento Complejo. Gedisa, S. A. Barcelona, España.
Manucci, Marcelo (2006). La Estrategia de los Cuatro Círculos. Grupo Editorial Noma. Bogotá, Colombia.
Senge, Peter (1990) La Quinta Disciplina. Ediciones Graníca, S. A. Barcelona, España.
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