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La Guerra de los Seis Días

  • Julio A. Sánchez Flores
  • 6 nov 2015
  • 4 Min. de lectura

NO CABE DUDA DE QUE LA GUERRA DE LOS SEIS DÍAS DE 1967 DEMOSTRÓ LA EFICACIA DE LA MAQUINARIA DE GUERRA ISRAELÍ.

También fue relevante el desmoronamiento árabe. Este conflicto de seis días que a la fecha se cumplieron 48 años, se considera una de las mayores derrotas de la historia militar recibida por la coalición árabe posterior a la Segunda Guerra Mundial.

UNA MODERNA GUERRA RELÁMPAGO

El conflicto se precipitó por una escalada drástica de tensiones entre Israel y sus vecinos árabes en 1966 – 1967. Egipto llegó a desplegar siete divisiones en el Sinaí, antes ocupado por tropas de la ONU como zona de seguridad para la frontera occidental israelí. Sus unidades navales también bloquearon el estrecho de Tirán. Al mismo tiempo, las naciones árabes anunciaron que formarían un comando militar unificado. Israel pareció quedar rodeado y aprisionado.

El 20 de mayo Israel movilizó todas sus tropas para efectuar operaciones ofensivas. Las tropas árabes confiaban en su superioridad numérica. Israel tenía 264.000 hombres, 800 tanques y 350 aviones, mientras las tres principales naciones árabes protagonistas – Egipto, Siria y Jordania – reunieron 354.00 efectivos, 1800 tanques y 610 aviones. La mayor parte del material bélico y las tácticas árabes eran de doctrina soviética. Sin embargo, las fuerzas israelíes estaban mejor equipadas y los soldados tenían un mejor entrenamiento.

El 5 de junio de 1967 a las 8: 45 a.m., hora egipcia, Israel lanzó un sorprendente ataque contra objetivos terrestres por todo el Sinaí y Egipto.

UN DOMINIO IMPLACABLE

Hacia las siete de la mañana del 5 de junio de 1967, despegaron de los aeropuertos israelíes aviones cazas y cazabombarderos. Sus objetivos fueron las bases aéreas del Cairo Oeste, El Arish, Big Gifgafa, Gebel Libni, Bir Thamada, Kabrit, Beni Sueif, Inchas, Fayid y Abu Suweir. En este último aeropuerto militar se encontraban grandes destacamentos de la aviación militar egipcia, compuesta por Mig – 15, Mig – 17, Mig – 19, Mig- 21, Yak 11 y bombarderos Ilyushin y Tupolev Tu 16.

Dividida en 30 patrullas de 4 aviones cada una, las escuadrillas con la estrella de David atacaron a oleadas con bombas, cohetes y ametralladoras, mientras que en tierra los aviadores israelíes estaban bien entrenados para rearmar a los aviones en el menor tiempo posible, lo que permitió realizar unas ocho incursiones en 80 minutos. Los resultados fueron sorprendente: en tan solo tres horas Egipto perdió más de 300 aviones frente a 19 israelíes.

La táctica israelí consistía en volar a baja altura para pasar desapercibidos ante el radar, y sin comunicarse por radio. Cuando estaban próximos a sus objetivos se colocaban a 1800 metros de altitud y desde allí se lanzaban en picada. El primer objetivo era inutilizar las pistas para que el enemigo quedara bloqueado por tierra.

El combate más importante tuvo lugar cerca de la base de Abu Suweir. Allí, junto al Sinaí, los escasos Mig – 19 y Mig 21, pilotados por expertos militares, se enfrentaron a 16 Mirages. Fueron derribados cuatro, y los restantes resultaron seriamente dañados, bien durante el enfrentamiento o en el aterrizaje sobre una pista que ya había sido destruida por las bombas.

En el momento del ataque, la mayor parte de la fuerza aérea egipcia estaba en tierra, y ahí quedó destruida. En un día, 300 aviones egipcios quedaron inutilizados. Las fuerzas aéreas de Siria y Jordania también fueron destruidas al final del mismo día.

Sin protección aérea, las tropas egipcias en el Sinaí no pudieron contener la enorme penetración armada israelí en tres líneas de operaciones fuertes en tanques Centurión con el doble de alcance que los tanques egipcios T54/55. A pesar de la dura resistencia Egipto no pudo contrarrestar la acometida, y el 8 de junio los israelíes habían ya asegurado el territorio hasta el Canal de Suez. Al este, Jordania perdió la Rivera Occidental (Cisjordania) con más de 6000 bajas.

A las 10:30 del mismo día 5 de junio, Jordania declaró el estado de guerra: solo disponía de 40 aviones y envió 15 Harker contra dos bases israelíes, destruyendo un Noratlas. La respuesta de Tel Avic no se hizo esperar: A las 14:30 sus cazas destruyeron 17 Hunter que se encontraban en las bases de Ammán y Mufraq.

Siria, que había bombardeado poco antes las refinerías de Haifa y un aeropuerto, sufrió una terrible represalia una hora más tarde: dos tercios de la aviación siria con base en Damasco, Marj Rial, Dumaryr y Seikal fue destruida. La primera jornada de guerra concluyó con otros asaltos a diversos aeropuertos y a 23 estaciones de radar de Egipto.

Concentrados en el control del espacio aéreo de Siria, de Cisjordania y del Sinaí, ese 6 de junio la aviación israelita destruyó en tierra varios grupos de artillería de campaña y aérea, facilitó el desembarco con helicópteros y conformó un paragua aéreo en protección de varias columnas de tanques y material blindado hacia el Cairo. Estas fuerzas acorazadas, al mando del general Isaac Rabin, llegaron hasta las puertas de canal de Suez, y en menos de cuatro días la península del Sinaí había sido totalmente ocupada.

En el norte, los sirios no lograron conservar los Altos del Golán, a pesar de contar con posiciones defensivas superiores, y con la derrota perdieron 250 tanques y 200 piezas de artillería. El 11 de junio, el fracaso árabe era total, e Israel había ampliado su territorio con la península del Sinaí, Cisjordania y los Altos del Golán. A Israel su campaña le costó 3252 bajas, mientras que los árabes contabilizaron unas 40 000.

Entre el 6 de junio y el último día de combate, los enfrentamientos armados fueron reduciéndose. Solo la intervención jordana junto al resto de fuerzas árabes dio lugar a un violento encuentro con unidades israelitas, las cuales entre el 5 y el 7 de junio ocupan Cisjordania y el sector este de Jerusalén.

En el frente sirio, entre el 9 y 10 de junio, el ejército israelí penetró con sus tanques en la zona del Golán y culminó la ofensiva con la toma de Kuneitra a mediodía del 10 de junio. Casi al mismo tiempo, entró en vigor el alto al fuego decretado por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Con la Guerra de los Seis Días, Israel tomó posesión de Cisjordania, Gaza, los Altos del Golán y el sector este de Jerusalén: toda Palestina quedó bajo su control lo que dio inicio a una política de colonización de los territorios ocupados.

Bibliografía:

Abu Suweir (1967). Batallas del Mundo. Ediciones Militaria. Madrid, España.

Chris McNab (2011). Los peores desastres militares. Editorial Océano. Barcelona, España.


 
 
 

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