Los cuatro momentos de la planificación operacional
- Julio A. Sánchez Flores
- 28 oct 2015
- 8 Min. de lectura

En el proceso de la apreciación y consecuente planificación operacional surgen cuatro momentos fundamentales para que el ente operativo intervenga en contrarrestar las diferentes amenazas que pongan en peligro la seguridad e integridad de la nación: el Análisis de la Misión, la emisión de la Guía de Planeamiento, la formulación del Concepto de la Operación y el Posicionamiento Operacional. Con el Análisis de la Misión se define lo qué se va hacer, cuándo y dónde en función de un para qué, además, se expresa la intención del cómo y las condiciones para su ejecución.
Con la Guía de Planeamiento el comandante establece las fases de la campaña y formula los lineamientos que orientarán al Estado Mayor Conjunto en el desarrollo de sus apreciaciones y consecuentes recomendaciones.
Con el Concepto de la Operación se amplía la decisión del comandante, decisión que es producto del análisis de los esquemas de maniobra, o formas de acción, que fueron formuladas por el oficial de operaciones, y evaluadas por el resto del Estado Mayor. En él se marcan las pautas para la elaboración de los diferentes planes operacionales, es decir: define el área de operaciones y el horizonte de actuación, expresa la estrategia operacional, designa comandos y asigna tareas , integra y combina medios y asigna recursos a través del Sistema de Apoyo Logístico Territorial (SALTE).
El cuarto momento, el posicionamiento operacional, quizá es uno del más crítico de los cuatro momentos por cuanto es lo medular para la ejecución de la maniobra estratégica en el ámbito de actuación, acto que requiere la concentración de los medios y el despliegue en un ambiente de incertidumbre según las fases de la campaña. Todo lo anterior conforma el Diseño Operacional en espera de un estado final deseado.
Percibir la realidad operacional mediante el Diseño Operacional en una apreciación de la situación para hacerle frente a una amenaza es ver de manera holística y sistémica su complejidad para identificar aspectos mensurables e inmensurables, coyunturas que para el comandante se convierte en elementos y factores de decisión que determinan la apreciación de la situación y posterior planificación. Es decir, influyen de manera directa en todo el proceso de toma de decisiones.
El Concepto Operacional es concebido mediante el Diseño Operacional, estructura cognitiva y pragmática que se encuentra determinada por las dimensiones espacio y tiempo, y por variables operativas, aspectos todos contemplados en las formas de acción. Como constructo es producto del arte que tiene como herramientas a las ciencias militares, pero también es la expresión creativa e intuitiva de la mente que permite edificar la campaña, y por ende las la batallas, los combates y los encuentros.
En el Desarrollo Operacional se conjugan el Estado Final Deseado, Centro de Gravedad enemigo y propio, el Esfuerzo Principal, el Engaño, Puntos Decisivos, Líneas Operacionales, Alcance Operacional, Objetivos y el Punto o Momento Culminante de la Operación. Sobre la base de estos eventos se formulan formas de acción en la que se evalúan movimientos y se integran medios en cuanto a combinación de unidades de maniobra, de apoyo de combate y de apoyo de servicio de combate en los ámbitos regional, zonal o de un área específica. Cada forma de acción es comparada bajo los factores y variables que influyen en la decisión, y de las normas y criterios que fueron considerados como determinantes en la Guía de Planeamiento.
El Diseño Operacional, como fue referido, es producto del arte que permite planificar la maniobra, y en el que se incluyen también el Momentum y el Tempo. Todos los eventos expresados son mencionados por Clausewitz (1780 - 1831) en su obra “De la Guerra”. Sobre éstos últimos se hará especial referencia en párrafos posteriores.
En el nivel operacional, el Estado Final Deseado es el alcance de los objetivos con la mayor eficacia en función de la intención estratégica. Es la condición de operatividad futura para seguir combatiendo que el comandante espera de sus fuerzas una vez que la campaña haya logrado el éxito. En el nivel táctico el Estado Final se cumple cuando son conquistados o alcanzados los objetivos intermedios como parte de la planificación operacional supeditada en tiempo y espacio.
El Centro de Gravedad, desde el punto de vista de la Teoría de Sistemas, es la capacidad de una estructura, organización o de un sujeto que reducida o eliminada obliga a la consideración de contingencias para solventar la situación crítica que se genera por la ruptura de sus coyunturas o puntos de unión. En el marco de las Ciencias y Arte Militar se define como la fuente de poder de la cual una fuerza militar deriva su libertad de acción, fuerza física o voluntad de lucha. Un centro de gravedad operacional puede ser el sistema logístico en su conjunto, el cual una vez destruido o neutralizado las fuerzas pierden su capacidad operacional.
La determinación del centro de gravedad es una de las tareas más importantes a realizar por el comandante y estado mayores durante el proceso de planificación debido a sus características y diferentes niveles. En el estratégico puede adquirir un carácter inmensurable que tiene sus bases en el factor emocional: la moral, la voluntad de lucha y la capacidad para resistir los diferentes accidentes que origina la guerra. Pero, también, puede estar materializado en una alianza política o estratégica, una fuerza militar propiamente dicha, un líder político o militar.
En el nivel operacional tiene un carácter más tangible, y su control depende de la capacidad e influencia de los medios y recursos con que el comandante cuente para el momento. Entre ello, líneas de comunicaciones, la logística y los centros de comando y control operacional. Todo depende de cual sea la coyuntura que lo articule. A manera de ejemplo se pudo observar en la segunda guerra contra Irak que el centro de gravedad estratégico estuvo personificado en Saddam Hussein, mientras que el operacional lo constituyó la Guardia Republicana.
De lo anterior se desprende que para identificar un centro de gravedad debe poseer las siguientes características:
a. Estar estrechamente vinculados con el objetivo derivado.
b. Son relativos en términos de espacio y tiempo.
c. Potencialmente existen en cada nivel de guerra.
d. Por su naturaleza son transitorios, pero también tangibles e intangibles.
e. Se localizan donde la masa se concentra más densamente.
f. Permiten aumentar la libertad de acción propia.
g. Su representación física puede en los niveles operacional y táctico poner en grave riesgo el centro de gravedad propio.
h.Pueden variar debido a nuevas alianzas, cambio de objetivos, incorporación de nuevas fuerzas y actores en el teatro de la guerra, aparición de nuevos sistemas de armas, o cambios en las fases de la campaña.
El Esfuerzo Principal es la integración y concentración de medios o de fuerzas en un área en particular donde el comandante busca obtener la decisión de la batalla; también se considera como la actividad crucial para el éxito de la misión en un momento dado. Pero, también, es la expresión concreta de la visión del comandante para una acción decisiva y una herramienta crítica que se logra mediante la aplicación de los principios operacionales de unidad de esfuerzo, masa y economía de fuerzas. Al ser una relación de fines – medios, se aplica en todos los niveles de la guerra: estratégico, operacional y táctico.
Los Puntos Decisivos es un término que mantiene su uso hasta hoy en día en el arte operacional de la guerra. Son articulaciones que se manifiestan en ubicaciones geográficas, en un suceso específico clave, o un sistema de capacidades que permita a los comandantes obtener una ventaja marcada que influya de manera significativa en el resultado de una operación contra el enemigo. En síntesis, el Centro de Gravedad enemigo y propio están compuestos por una serie de puntos decisivos, dinámica que obliga a identificarlos en las acciones previas a la planificación.
Las Líneas de Operaciones, en su acepción general, es la orientación direccional de una fuerza en tiempo y espacio en relación a un objetivo u objetivos definidos en una región en particular. En términos geográficos, conectan una serie de puntos decisivos que llevan a obtener el objetivo final o la derrota del enemigo. Para el sostenimiento operacional la definición de estas líneas es de suma importancia debido que se constituyen en líneas operacionales de sostenimiento, espacios en donde se estructura y organiza el apoyo logístico.
El Alcance Operacional es la distancia compatible con la magnitud y apoyos de las fuerzas para conquistar los puntos decisivos. Esta distancia o capacidad está condicionada por la manera de atacar el centro de gravedad enemigo y las pausas operacionales planificadas o impuestas que permitan obtener o prevenir el momento culminante.
Los Objetivos concretan el propósito de la misión. Definido el Centro de Gravedad, Alcance Operacional y Momento Culminante, éstos pueden estar configurados en fuerzas de reservas enemigas, espacios geográficos que ofrezcan ventajas a la maniobra, bases logísticas y áreas de servicios. Capturados, destruidos o controlados deben garantizar, no sólo el éxito de la misión sino también el Estado Final Deseado y la continuación de operaciones futuras.
El Momento, o Punto Culminante, según Clausewitz (ob. cit.), es la situación crítica en tiempo y espacio en que el poder de combate en una ofensiva pierde o disminuye su capacidad para imponer su voluntad al enemigo. A partir de esta coyuntura el atacante corre el riesgo inminente de ser contraatacado y probablemente derrotado. La clave del éxito en el ataque es asegurar el objetivo antes de llegar a ese punto.
Por el otro lado, el defensor, alcanza el punto culminante cuando sus fuerzas dejan de tener la capacidad para contener la ofensiva enemiga. Sin embargo, aunque la defensa tradicional no lleve “per se” a la victoria, una resistencia efectiva puede llegar a agotar al atacante, y en consecuencia, lanzar un contundente contrataque una vez que aquél haya agotado sus recursos o haya sido conducido de manera engañosa a una zona de matanza.
En este orden de ideas, un momento culminante puede ocurrir también, por una parte, por pérdidas en lo que concierne a recursos de orden militar como consecuencia de ataques a la retaguardia en los que se vean afectados almacenes, depósitos de munición y combustible, daños a las vías de abastecimientos, puentes, control de pasos, vados y túneles, y todo elemento que contribuya con el flujo logístico. Pero por la otra, al alargamiento de las líneas de comunicaciones cuando se adentra en territorio enemigo, alejándolos de sus fuentes naturales de recursos.
Conocer este evento crítico es de suma importancia para los comandantes en todos los niveles de la guerra. Sólo el conocimiento de la situación y liderazgo por parte del comandante, la flexibilidad de la fuerzas para adoptar o cambiar de dispositivo y el apoyo logístico oportuno y eficiente, pueden contribuir a controlar cualquier percance que se pueda suscitar, no obstante, es requisito indispensable que se tenga conocimiento hasta dónde se es capaz de llegar con los medios con que se cuente para el momento de la operación.
El Momentum y el Tempo son dos conceptos que se derivan de los anteriores. Crear el Momentum es concebir una maniobra de manera tal que el enemigo se desequilibre por la acción contundente de la maniobra empleada contra el punto o puntos decisivos en su centro de gravedad. La creación del Momentum deviene de la iniciativa, condición y circunstancia que permite a los comandantes generar oportunidades para enfrentar al enemigo desde direcciones inesperadas y con capacidades también inesperadas haciendo uso de su masa y de su velocidad.
Con respecto al Tempo, éste es consecuencia del Momentum. Es mantener la presión constante sobre el enemigo para impedir o neutralizar su reacción. Es decir, que no pueda replegarse o decidir una contingencia que lo favorezca. Cuando se habla de mantener la presión sobre el enemigo significa que se debe concretar en un avance sin interrupciones y con intensidad para lograr el contacto. Y una vez que las fuerzas lo hayan obtenido, deben mantenerlo aplicando todo el poder que le permita pasar rápidamente de una maniobra decisiva a la explotación.
Con el dominio de estas variables se evita que el enemigo recobre su equilibrio y, por ende, su capacidad de reacción.
En fin, analizar la Misión, emitir la Guía de Planeamiento, llegar al Concepto a través del Diseño Opertacional y posicionarse sobre el área de operaciones, son los pasos fundamentales para concretar la estrategia del comando superior.
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