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Epistemología de la Apreciación de la Situación

  • Julio A. Sánchez Flores
  • 26 sept 2015
  • 3 Min. de lectura

El éxito de las operaciones militares descansa, entre otras cosas, en el sentido de la responsabilidad, en el conocimiento, en la experiencia y en la capacidad para impartir las órdenes. Pero, también, en comandos subalternos que piensen en consonancia con la intención del escalón superior, cuyo propósito no es otro que el de establecer los criterios que permitan comprender la misión de la unidad en su conjunto.

Para lograrlo, en un primer momento, se requiere que toda la cadena de mando entienda el concepto de unidad de doctrina para llevar a cabo las operaciones; por otra parte, conozca y domine un proceso lógico de pensamiento que permita una mejor percepción de la misión a cumplir en pro de un eficaz posicionamiento y control del área de operaciones mediante una eficiente integración de medios tácticos y recursos logísticos.

La Apreciación de la Situación, presidida por una visualización de la realidad y seguida de un análisis complejo y sistémico sobre los distintos factores y actores que influyen en la concepción de esquemas de maniobras (misión, enemigo, terreno, tropas, condiciones meteorológicas y tiempo disponible) que llevan posteriormente a una decisión, viene siendo un modelo epistémico, dinámico y multidimensional, características que lo convierten en el más apropiado para la formulación de planes, sobre la base de la misión en plena concordancia con el entorno operacional.

Con este modelo, el Comandante, asesorado por su Estado Mayor, accede y construye el conocimiento táctico por ser éste una representación de la realidad operacional. El conocimiento producido, la decisión, surge como consecuencia de la consideración de cuatro maneras o formas de pensamiento que intervienen en todo el proceso cognitivo: el Racionalismo, el Estructuralismo, el Funcionalismo y el Constructivismo.

El primero que interviene es el Racionalismo, y es muy obvio: es la razón la ductora del acto de pensar, y el análisis su manifestación. El conocimiento, como proceso cognitivo, se logra mediante conexiones coherentes entre las neuronas, siendo su objeto la sistematicidad del contexto, de los factores y de los actores a estudiar. El análisis, en este sentido, conecta e interpreta todas las variables anteriores.

Con el Funcionalismo cuando, mediante la observación - proceso empírico y pragmático - se perciben sobre la realidad operacional la interacción y funcionamiento de todos los factores y actores que determinan las forma de acción, o esquemas de maniobras para su posterior decisión.

Con el Estructuralismo, por centrarse el conocimiento en el estudio de las distintas formas de cómo se presentan y conectan los eventos en la realidad operacional, y por las diferentes relaciones y composiciones que en su conjunto configuran e integran estructuras: el enemigo, los medios, terreno y las condiciones meteorológicas.

Finalmente, con el Constructivismo, porque el conocimiento se basa en una integración objetiva que se deriva de los actos cognitivos considerados en todo el proceso - lógicos, estructurales y sistémicos - que expresan la realidad operacional como un reflejo de los eventos, conducta de los actores y manifestación de factores que allí ocurren, y sobre los cuales se organizan las ideas – formas de acción- que llevan a la producción del conocimiento.

Sobre la base de estas cuatro maneras de pensar se genera la dinámica mancomunada entre Comando y Estado Mayor para evaluar la situación operacional y llegar a una decisión. La Apreciación de la Situación demanda, en un primer momento, el análisis de la misión, acto en el que se definen y ordenan las tareas como un proceso lógico de pensamiento supeditado al acto de pensar - la razón -. En el mismo orden de ideas se formulan cursos de acción que obliga a percibir el campo de batalla como una realidad estructurada en pleno funcionamiento, realidad compleja donde el enemigo es el actor principal a considerar. Luego, se formulan los cursos de acción, producto que obliga a formular criterios debidamente fundamentados en factores tangibles como la conducta e interacción actual y futura del enemigo, la estructura sistémica representada por el área de operaciones, los medios y recursos disponibles. Y los intangibles como el liderazgo, la moral combativa y la experiencia. Una vez concebidos los esquemas como estructuras funcionales, son sujetos a una debida comparación.

Finalmente, sobre la base de los criterios de decisión, el entendimiento de la realidad operacional, seguida de la sincronización de las tareas e integración de nuestros medios en plena subordinación a la intención del Comandante, se construye o edifica la decisión y se emite el Concepto de la Operación, aspecto sustancial de toda la Apreciación de la Situación.


 
 
 

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