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Sobre la Doctrina Militar

  • Julio A. Sánchez Flores
  • 18 sept 2015
  • 4 Min. de lectura

Una mañana de esas frías y lluviosas en las que el sol se niega a salir por estar dándole calor a la luna, caminaba en dirección a la biblioteca de la extinta Escuela Superior del Ejército, cuando me topé con un teniente coronel que venía en sentido contrario. Al verme, me pregunto: - Mi coronel, ¿Que sabe usted de la nueva doctrina militar?

- No estoy muy al tanto de lo que se está haciendo sobre ella; pero, sé que están trabajando en una nueva doctrina -. No obstante, al ver la expresión de duda que para el momento tenía, le respondí:

- La definición de doctrina que conozco hasta ahora parte de principios, preceptos, experiencias y opiniones que sirven de bases teóricas a una organización social en particular, y que puede ser de carácter filosófico, religioso, o de otra naturaleza. Puede apoyarse en dogmas como puntos fundamentales del sistema o sociedad a la que sirve; más no debemos confundirla con estos dogmas, ya que está demostrado que toda doctrina está sujeta a transformaciones por causa de los cambios a que están sujetas las sociedades: uno de sus principios -.

Sin embargo, no quedé conforme con la respuesta que le di al comandante y me dedique a revisar a los teóricos en esta materia. ¿Y saben lo que conseguí? Que tenía razón con la información que le di sobre doctrina como respuesta.

En este sentido tenemos que, desde el punto de vista de la teoría de sistema, una doctrina es un conjunto de proposiciones relacionadas por coordinación o subordinación, y deducidas de lo general a lo particular. Cuando se profundiza en su formulación se puede comprobar que su sentido es universal, que se genera en la esfera de lo abstracto por medio del racionalismo especulativo con permanencia inmutable y explicativa, pero también es homogénea y no presenta carácter normativo.

Para Alfonso Littuma (1967) doctrina, sea esta filosófica, moral, religiosa, científica, etc., “involucra un conjunto de principios que son a su vez la base, el origen, la razón fundamental sobre la cual se puede seguir discurriendo cualquier materia”. A manera de ejemplo cita los principios de la doctrina cristiana: “la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, la divinidad de Cristo”.

En cuanto a la doctrina militar Raimon Garthoff (1959) la define como la formación de un conjunto de suposiciones, conocimientos y creencias que tiene sus bases en la Ciencia y Arte Militar, en especial sobre la táctica y estrategia militar, y que sirve de guía básica para la conducción de operaciones militares. Se establece en la esfera de la Seguridad y Defensa Nacional, y es producto de un raciocinio científico del cual se desprenden doctrinas más específicas.

Cabanellas (1962) la concibe como un asunto académico, y en lo que corresponde al campo militar la define “como la enseñanza de las reglas de las Ciencias y el Arte Militar, con aplicación preferente a la guerra. Por otra parte, amplía el concepto en la Táctica como conclusiones de experiencias inmediata al combate, y que se transcribe en los reglamentos e instrucciones de cada arma”.

En el prolegómeno del Manual de Doctrina Militar editado por la División de Operaciones del extinto Estado Mayor Conjunto (1969) no se define de manera específica la doctrina militar; sin embargo, alude que en caso de existir seguramente no se ampara bajo el escudo de reglas y reglamentos inflexibles que tienden a comprender lo último sobre la materia. Y en caso de ser interpretada es con base a “Principios, normas y conceptos que han sido desarrollados por la experiencia… fundamentada en nuestra propia realidad”.

Se puede afirmar, entonces, que la concepción que se pueda tener sobre doctrina, en términos generales, es la que se deriva de un conjunto de principios o máximas, de preceptos y de opiniones que sirven de base a un sistema social o a una escuela filosófica, religiosa o de otra naturaleza, como lo refieren los autores citados en párrafos anteriores, y puede apoyarse en dogmas como puntos fundamentales del sistema u organización a que sirve; pero, no debe ser confundida con éstos, debido a que está sujeta a cambios por causa de su evolución y flexibilidad.

Formular una doctrina, y más en el campo militar, no es tarea fácil. Primero, se debe partir del conocimiento que nos ofrecen la historia, y más de aquellos capitanes y estudiosos de la guerra que con sus experiencias han generados principios y normas que han sido comunes en eventos bélicos exitosos. Experiencias que han dado pie a la Ciencia y el Arte Militar, en el sentido de la Estrategia, la Táctica y la Logística.

Por otra parte, se requiere de una apreciación con percepción holística y sistémica sobre la realidad compleja en donde interactuarán las unidades militares, de las características y naturaleza de las armas que se posean, del contexto legal y voluntad del entorno social de convivencia, de las características de la amenaza a enfrentar, de la moral combativa de las fuerzas o efectivos a emplear, de la competencia e idoneidad del capital humano en el arte de la planificación militar y, del propósito e intención del sujeto que la va a formular. La fase de percepción incluye la consideración de la influencia de factores geográficos, políticos, económicos, sociales y civiles. Todos estos elementos surgen del análisis a las hipótesis de conflictos formuladas.

Una vez percibida la realidad como un todo viene una fase en la que se requiere cumplir con dos aspectos: uno teórico y otro práctico. El primero, tiende a traducir en formas de reglas, o procedimientos de ejecución, los resultados de los estudios realizados sobre los elementos básicos en la fase de percepción, y que generalmente son expresados en términos de Directivas o Normas generales. Lo segundo, lo práctico, se manifiesta en la enseñanza por parte de docentes calificados de aquello que prescriben los manuales, reglamentos, etc., por medio de los métodos que se consideren para el momento.

Fuentes bibliográficas:

  • Cabanellas, Guillermo (1962). Diccionario Militar, Naval y Aeronáutico. Heliasta. Barcelona, España.

  • Estado Mayor Conjunto (1969). División de Operaciones. Ediciones Ministerio de la Defensa. Fuerte Tiuna, Caracas, Venezuela.

  • Raymond L. Garthoff (1959). Doctrina Militar Soviética. Círculo Militar Argentino. Buenos Aíres, Argentina.

  • Littuma, Alfonso (1967) Doctrina de Seguridad nacional. Oficina Técnica. Caracas, Venezuela.


 
 
 

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