¡La economía, estúpido, la economía...!
- Julio A. Sánchez Flores
- 1 sept 2015
- 3 Min. de lectura

¿De dónde sale la expresión que lleva como título este informe?
La frase "es la economía, estúpido" se transformó en los últimos 15 años en la síntesis más cruda de la incidencia de factores como crecimiento, inflación o empleo a la hora de votar en los Estados Unidos. Un año antes de las elecciones en ese país, el presidente de los Estados Unidos George Bush tenía niveles de aprobación superiores al 80%, pero la economía atravesaba una etapa de recesión. James Carville, estratega de la campaña de Bill Clinton en 1992 la aprovechó para recordarle a Clinton que lo importante en ese momento era la economía como factor de crecimiento.
Países como Corea del Sur, y empresas como Samsung si han comprendido a la perfección esta frase. En un informe económico especial para el diario el Universal del 3 de mayo de 2015 se reseña que lo más impresionante del caso coreano es que ha logrado su desarrollo sin contar con recursos naturales significativos mediante una apertura de los mercados internacionales y la fuerte inversión en educación y en capacitación del capital humano siguiendo el modelo de un conglomerado de empresas independientes como Samsung, Hyundai y el grupo LG llamadas Chaebols controladas por una familia ligada al fundador del grupo.
El modelo se caracteriza por tener vínculos entre estas empresas con el gobierno coreano en función del crecimiento de la nación, el cual se inició en 1961 logrando el máximo desarrollo en 1979. En este periodo, el gobierno coreano inició una liberación de la economía comenzando por sincerar el tipo de cambio, reducción a las restricciones a la importación y exportación de bienes y servicios y la eliminación de los controles de precios.
Pare ello implementó una política planificada para identificar e impulsar a sectores considerados como estratégicos, y dentro de éstos, a las empresas más exitosas en cuanto a su capacidad para generar ganancias en sus exportaciones. Este impulso se manifestó en protecciones nacionalistas a los sectores seleccionados y acceso a condiciones crediticias altamente favorable para las empresas. Las exportaciones han seguido creciendo hasta la fecha y hoy representan más del 50 % de su actividad económica. Este impulso se debió a las políticas económicas señaladas y a la asociación entre empresarios y gobierno que entendieron a tiempo que para alcanzar el bienestar conjunto era necesario una industria fuerte que generara empleos.
El caso de Samsung quizá fue el más emblemático en este modelo económico. Fundada en 1938, comenzó siendo una empresa de exportación de pescado y harina hacia China. En los años siguientes se incorporaron textiles y seguros de vida. Posteriormente se dedicó a la industria electrónica y de computación moderna, lo que le permitió entrar en el mercado y ganar terreno a la competencia japonesa y norteamericana.
Pero ¿Cómo fue que esta empresa logró alcanzar su máximo desarrollo?
Después de colocarse como una de las más grandes empresas en el mercado tecnológico de productos electrónicos y de computación fue utilizar el crecimiento de las ganancias para duplicar la inversión en desarrollo e investigación de tecnologías con la política de “calidad primero”.
¿De este modelo qué debemos aprender? Casi todo. El conglomerado de empresas, tomando a Samsung como ejemplo, ilustra como la cooperación entre el gobierno y el sector empresarial ayudó a desarrollar la industria coreana hacia sectores de alto rendimientos y alta inversión en tecnología.
La exportación de sus productos hacia otros países es de tanta envergadura que para el 2010 las ventas combinadas de los cinco grupos industriales más grandes representaban casi el 50 % del producto interno bruto de Corea del Sur.
Pero, no todo es felicidad en la dicha del señor, el modelo también tiene sus defectos. Su estructura administrativa en el menor de los caso, también ha mostrado aspectos negativos; principalmente una falta de transparencia en la dirección de las compañías y un estilo directivo altamente dependiente del líder del conglomerado. Sin embargo, el modelo coreano puede adaptarse al desarrollo de otros países, pero también tiene aspectos que difícilmente pueden ser copiados con facilidad. El rol de los Chaebols en el desarrollo industrial de Corea es particularmente idiosincrático y difícilmente podría suceder en una cultura diferente.
No obstante, el énfasis en la educación y la necesidad de establecer proyectos claros con visión de expansión a largo plazo es una lección de la que cualquier economía puede sacarle provecho. Lo fundamental es recordar que ningún modelo, recalca el informe, puede ser importado sin modificaciones, pero de todas las experiencias pueden extraerse aprendizajes valiosos.
¡Lo importante es lo importante…!
Fuente: Alcanzar la riqueza en dos generaciones. El Universal, pág. 1 -5 del 3 de mayo de 2015.
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