Tu cuerpo te habla, escúchalo

Si quieres influir positivamente en tu vida, empieza por cambiar tu dialogo interior. La mente no es un cajón cerrado donde guardamos los pensamientos. Todo lo contrario: se comunica con el cuerpo y nos predispone a actuar por lo que debemos sustituir los pensamientos negativos en otros positivos y reforzadores de tu confianza en ti mismo y en la vida.

Por otra parte, escucha a tu cuerpo. Este nos envía señales todo el tiempo para que podamos sobrevivir todo el tiempo. Por eso, cuando perdemos de vista las mismas u olvidamos escuchar el sabio organismo, generalmente sobreviven los problemas. Lo vemos claro en el hambre y la saciedad. Todos tenemos señales de hambre enviadas por el cuerpo, así como otras que dicen cuando dejar de comer y cuánto tiempo estar en ayuno. Por eso, para conservar nuestra salud, tanto mental como física, debemos escuchar al cuerpo.

Te digo esto porque no hace mucho leí unas interesantes reflexiones del doctor Nelson Torres, psiquiatra egresado de la Universidad Central de Venezuela y experto en Psico-neuro – inmulinguistica PNL en Venezuela sobre el lenguaje del cuerpo cuando se comunica con el alma; es decir, las enfermedades son consecuencia del conflicto entre el alma y el cuerpo.

Palabras más, palabras menos, expresa lo siguiente: El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora. El dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones. El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir. La diabetes invade cuando la soledad duele. El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta. El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan. El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar. La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable. Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas. El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza. La presión sube cuando el miedo aprisiona. Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza. La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad. Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega. El cáncer mata cuando no perdonas. ¿Y tus dolores callados? ¿Cómo hablan en tu cuerpo?

La enfermedad no es mala, te avisa que te estas equivocando de camino. El camino a la felicidad no es recto, existen curvas llamadas equivocaciones, semáforos llamados amigos, luces de precaución llamadas familia, y todo se logra si tienes una llanta de repuesto llamada decisión, un potente motor llamado amor, un buen seguro llamado fe, abundante combustible llamado paciencia; pero, sobre todo un experto conductor llamado DIOS. El gran creador todo lo puede…Sean Felices, y como decía un animador de televisión: “Hagan el bien sin mirar a quien”.

Hay tantas cosas que se aprenden leyendo. Lee, aunque sean unos minutos antes de dormir.