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La Apreciación de la Situación

  • Julio Sánchez Flores
  • 8 abr 2015
  • 3 Min. de lectura

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El éxito de las operaciones militares descansa, entre otras cosas, en el sentido de la responsabilidad, en el conocimiento, en la experiencia y en la capacidad para impartir las órdenes; pero, también en comandos subalternos que piensen en consonancia con la intención del escalón superior, cuyo propósito no es otro que el de establecer los criterios que permitan comprender la misión de la unidad en su conjunto.

Para lograrlo, en un primer momento, se requiere que toda la cadena de mando entienda el concepto de unidad de doctrina para llevar a cabo las operaciones; por otra parte, conozca y domine un proceso lógico de pensamiento que permita una mejor percepción de la misión a cumplir en pro de un eficaz posicionamiento y control del área de operaciones mediante una eficiente integración de medios tácticos y recursos logísticos.

La Apreciación de la Situación, presidida por una visualización de la realidad y seguida de un análisis complejo y sistémico sobre los distintos factores y actores que influyen en la concepción de un esquema de maniobra (misión, enemigo, terreno, tropas, condiciones meteorológicas y tiempo disponible) para llegar a una decisión, viene siendo un modelo epistémico, dinámico y multidimensional, características que lo convierten en el más apropiado para la formulación de planes, sobre la base de la misión en plena concordancia con el entorno operacional. Con este modelo, el Comandante, asesorado por su Estado Mayor, accede y construye el conocimiento táctico por ser éste una representación de la realidad operacional. El conocimiento producido, en este caso la decisión, surge como consecuencia de la consideración de cuatro maneras o formas de pensamiento que intervienen en todo el proceso cognitivo: el Racionalismo, el Estructuralismo, el Funcionalismo y el Constructivismo.

El primero que interviene es el Racionalismo, y es muy obvio: es la razón la ductora del conocimiento. Esto se logra mediante conexiones lógicas y coherentes, siendo su esencia la sistematicidad del contexto, de los factores y de los actores a estudiar; y el análisis, para la interpretación y conexión de todas las variables anteriores. Con el Funcionalismo, por intervenir la observación empírica como un proceso pragmático sobre la realidad operacional para la comprensión de la interacción y funcionamiento de todos los factores y actores que determinan las forma de acción o esquemas de maniobras en la producción del conocimiento. Con el Estructuralismo, por centrarse el conocimiento en el estudio de las distintas formas de como se presentan y conectan los eventos en la realidad operacional, y por las diferentes relaciones y composiciones que en su conjunto configuran e integran estructuras: el enemigo, los medios, terreno y las condiciones meteorológicas.

Finalmente, con el Constructivismo, porque el conocimiento se basa en una integración epistémica que se deriva de los actos cognitivos considerados en todo el proceso - lógicos, estructurales y sistémicos - que expresan la realidad operacional como un reflejo de los eventos, actores y factores que allí ocurren, y sobre los cuales se organizan las ideas – formas de acción- que llevan a la producción del conocimiento.

En consecuencia, la dinámica mancomunada entre Comando y Estado Mayor para evaluar la situación operacional y llegar a una decisión, demandan en un primer momento un análisis de la misión para definir y ordenar las tareas como un proceso lógico de pensamiento supeditado al acto de pensar - la razón -. En el mismo orden de ideas, se formulan cursos de acción que obliga a percibir el campo de batalla como una realidad estructurada en pleno funcionamiento, donde el enemigo es el actor principal a considerar. Luego, se formulan los cursos de acción, proceso cognitivo que obliga a formular criterios debidamente fundamentados en la conducta e interacción actual y futura del enemigo sobre una estructura sistémica representada por el área de operaciones. Una vez concebidos los esquemas como estructuras funcionales, son sujetos a una debida comparación.

Finalmente, los criterios antes formulados, basados inicialmente en el entendimiento de la realidad operacional, expresada como la visión sistémica y compleja del enemigo, y de la conexión de éste al ambiente operacional, seguido de la sincronización de las tareas e integración de nuestros medios en plena subordinación a la intención del Comandante, construyen o edifican la decisión; en este caso, la concepción de la maniobra como respuesta al cumplimiento de la misión.


 
 
 

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