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El Ronquito

  • Julio Sánchez Flores
  • 23 mar 2015
  • 3 Min. de lectura

Cuántas veces hemos escuchados expresiones como ésta para referirse a los militares: “Militares al cuartel”, o una más retórica: “La pluma es más fuerte que la espada”. Aunque no le quito razón a esta última, sin embargo, la libertad y la democracia se han forjado en este país a punta de espada y bayoneta para que la pluma pueda escribir con libertad. Y no lo digo yo, lo dicen historiadores, que obligados por la circunstancias lo han tenido que reconocer como una verdad de Perogrullo.

Uno de ellos es Guillermo Morón, quien en su libro Historia de Venezuela hace referencia sobre un militar formado dentro del mundo del caudillismo y uno de los primeros militares del siglo XX que abrieron las puertas a la democracia en Venezuela.

Refiere Morón que muy pocas veces en la historia de Venezuela un Presidente, electo de acuerdo con las leyes vigentes, gobernando de acuerdo con la Constitución, cumple su periodo legal y entrega el poder, pacíficamente, a su legítimo sucesor. Durante su gestión estableció la democracia, y la juricidad fue la característica sobresaliente durante los cinco años de su gestión político – administrativa.

En el orden político, el nuevo régimen inició una labor de transición de la dictadura a la democracia, tarea difícil, por cuanto los dirigentes políticos revolucionarios deseaban un cambio rápido y radical.

El militar al que hace referencia el historiador no es más que el general en jefe Eleazar López Contreras, conocido por sus enemigos políticos como el “Ronquito”. A la muerte del general Gómez, el Congreso lo encarga provisionalmente de la Presidencia hasta el 19 de abril de 1936. En esa fecha, resulta oficialmente electo Presidente de la República. Gobernó a Venezuela entre 1936 y 1941, durante uno de los períodos más difíciles de la historia del país. Pese a venir de la misma raíz caudillista, señala Manuel Caballero (2010), el general López Contreras se distingue desde muy temprano por su profesionalismo y honestidad.

Su gestión la inicia exponiendo ante el Congreso un programa de gobierno en el que levantó un metódico inventario de todas las necesidades económicas y sociales del país. Este programa tuvo como propósito hacer efectivo, cuestión que logró por todos los medios, el funcionamiento de un régimen de legalidad. En su discurso enfatizó: “La Ley respetada por el magistrado y obedecida por el ciudadano, es la condición de todo pueblo libre:”

Pero, más que por sus realizaciones de orden económico, su régimen será recordado por haber respetado y cumplido su promesa, en el sentido de lograr la paz y el respeto por sus conciudadanos. Entre sus obras destacan la Ley del Trabajo, la creación de la Contraloría General de la República y la aprobación en 1939 de la Ley mediante la cual se crea el Banco Central de Venezuela.

El propio López Contreras resume en uno de su ensayo El Triunfo de la Verdad, su labor frente al ejecutivo en los siguientes términos:

“Inicié mi gobierno dando la libertad a millares de presos políticos, detenidos en cárceles y campamentos de trabajo; autorice el regreso a la patria de todos los exiliados, a quienes di la oportunidad de colaborar conmigo; inauguré múltiples obras públicas; permití la organización de sindicatos obreros y de partidos políticos; autorice la libertad de prensa y de palabra; apoyé procesos eleccionarios, en los cuales triunfó la oposición en muchas oportunidades. Puse todo mi empeño en establecer un sistema distinto al régimen desaparecido, con todas las ventajas y privilegios de un gobierno democrático”.

Su gestión le ganó una gran popularidad debido al crecimiento del Producto Interno Bruto a pesar de las dificultades que tuvo que atravesar como consecuencia, por una parte, la intromisión de los gomecistas y políticos de ideología marxista, y por la otra, los acontecimientos desencadenados en Europa: el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

El general Eleazar López Contreras hizo gala de aquel viejo refrán: “Genio y figura hasta la sepultura”.

Fuentes bibliográficas:

  • Morón, Guillermo (1971, p. 332). Historia de Venezuela, Tomo V, Italgráficas, Caracas, Venezuela.

  • López Contreras, Eleazar (1949, p. 41). El Triunfo de la Verdad (Documentos para la Historia de Venezolana), Edición Genio Latino, México.

  • Caballero, Manuel (2010, p. 121). Historia de los venezolanos del siglo XX. Editorial Alfa, Caracas, Venezuela.


 
 
 

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